Aunque no hayáis leído la novela, supongo que todos sabéis cuál es el argumento de Dr. Jekyll and Mr. Hyde. Un científico encuentra una fórmula que le permite separar, en su cuerpo, su personalidad «buena» de la «mala». Los efectos son que pasa de ser Dr. Jekyll (personalidad «buena») a Mr Hyde (personalidad «mala») de forma incontrolada. Dos personalidades completamente opuestas, conviviendo en el mismo cuerpo.
Cuando llegué a Berlín varias personas ya me avisaron. Cuando llega la primavera adoras esta ciudad, pero cuando llega finales de otoño sólo quieres escapar.
Berlín, como el Dr. Jekyll, son dos ciudades en un mismo lugar. Una de ellas es la que comienza en el mes de Noviembre y se extiende hasta el mes de Marzo. Como ya comentaba en este post, en Noviembre se comienza a entrar en la cueva. Se genera ese cielo gris rata que no deja pasar ningún rayo de sol, los días se acortan a ritmos ultrasónicos hasta el momento que llega la oscuridad a las 16.00h, comienzan a crecer las capas de ropa que llevas encima y salir de casa se convierte en una odisea más tediosa que la de Frodo y la comunidad del anillo. Mr. Hyde ya ha llegado. Sólo con la pequeña pausa de los mercados de Navidad en Diciembre y que le dan un aire más alegre y festivo a la ciudad. Aún siendo la misma Berlín hay un halo de desidia y tristeza que sea apodera de este lugar. Se ve poca gente por la calle, ¿Si hace frío para qué salir? Parece que los días son demasiado cortos, ¿de qué otra forma podría ser anocheciendo a las 16h? Las cafeterías se llenan y esa falta de luz que domina durante todo el día te quitan las ganas de salir. Ya no te cuento cuando el sólo hecho de pensar que tienes que ponerte las botas, los pantalones térmicos, los pantalones, varias capas de camisetas, la chaqueta más gorda, guantes, braga o bufanda, gorro y, en algunos casos, orejeras… Solo de pensarlo te da pereza, ¿en serio malgastar tanto tiempo en vestirme y desvestirme, cuando vuelva, con lo bien que se está en casa? Entre semana la gente anda de memoria, porque nadie mira al frente. Toda esta gente andando de forma automática, mirando al suelo y con prisa por llegar a su destino, ¿no serán robots que se mueven por automatismos?
En Febrero comienzan a alargarse los días y se nota que cada día es más largo que el anterior. Incluso algún día se comienza a ver el sol. Se ve un poco más de alegría, pero sigue siendo invierno. La gente ya está cansada del invierno tan largo, de llevar ya camino de los 5 meses de invierno.
Y, de pronto, un buen día aparece Dr. Jekyll sin avisar. Si ayer estuvo todo el día nevando, ¿cómo puede ser que hoy haga tanto calor? Llega abril y con abril llega el calor, llega el sol y puedes comenzar a llevar capas más humanas de ropa. Ya no necesitas ir tanto al gimnasio para soportar el peso de toda la ropa que llevas encima. No te fías. ¿Me pongo ya manga corta? Es que hace unos pocos días estaba nevando, ¡pero es que ahora estamos a 20 grados! ¿Y si baja de pronto la temperatura? Si, ya, ¡pero es que vas sudando como si fueses vestido con una bolsa de basura! ¡Cualquiera se fía!, ¿no?
Y los parques se llenan y las heladerías no dan a basto con tanta demanda de helado (en serio, no he visto lugar en el mundo que se consuma más helado que en Berlín) y la gente va andando con otro ánimo, con otra alegría y los Biergarten abren y los restaurantes ponen sus terrazas (aunque sean terrazas de 2 mesas) ¿dónde estaba toda esta gente hace escasamente 2 semanas? ¿Escondidos en alguno de los múltiples bunkers que hay en Berlín? ¿Se multiplican con el sol igual que los Gremlins se multiplicaban con el agua?
Se respira otro ambiente, se vive una ciudad completamente diferente. Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
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