
Siempre pensé que tenía algún tipo de anomalía, que era raro. Nunca tuve problemas con relacionarme con la gente, pero me daba pereza. Me llevo bien con las personas con las que me relaciono, pero me agotan los compromisos sociales. Bodas, bautizos, quedadas sociales, fiestas de empresa… para mí son un engorro. A veces, en el trabajo, salía sin hacer ruido porque me apetecía comer solo y no con compañeros… por muy bien que me llevase con ellos. Cuando hay una fiesta de empresa, lo primero que pienso es en la «vía de escape», el cuándo y cómo me puedo marchar. Y después de un día de muchas reuniones, necesito siempre tener un momento de soledad para, como yo lo llamo, «desintoxicarme«.
Siempre pensé que me pasaba algo que tenía que solucionar. A todo esto había que sobrellevar la presión de la gente que no entiende este tipo de actitud. «Eres un antisocial», piensan muchos. «Ya sabemos que es un poco raro», sé que también alguien ha llegado a decir.
Hasta que un buen día descubrí que mi «problema» es que tengo una personalidad tirando a introvertido. Que no tímido. Son cosas muy diferentes y no me considero tímido.
¿Pues debe ser jodido ser un emigrante introvertido, no? Seguro que a los extrovertidos les cuesta menos emigrar.
Es probable que te hayas planteado esa duda y yo seguro que me la hubiese planteado. Pero creo que no es el caso, si no que es más fácil.
He intentado buscar información sobre el tema y no he encontrado nada. Así que lo que voy a hacer es dar mi opinión en función a mi experiencia.
Principalmente creo que los introvertidos son mejores emigrantes, o se le hace menos cuesta arriba, por dos razones:
- Un introvertido es aquella persona que recarga energía estando solo y que pierde su energía estando en grandes grupos. Por eso, los compromisos sociales son el peor enemigo de los introvertidos. Ser inmigrante significa estar fuera de ese foco. Significa tener menos compromisos sociales, al tener un círculo social mucho más reducido. En mi caso, por ejemplo, se reduce al trabajo. Más controlable y más fácil de esquivar 🙂
- Los introvertidos somos personas que disfrutamos más leyendo un libro, haciendo deporte solos o «socializar» con gente muy cercana y en grupos pequeños. Por eso emigrar creo que se nos hace mucho más fácil. Yo estoy sólo con mi esposa y, a pesar de conocer gente, mi círculo social se reduce a ella. Para mí no es ningún problema. Para mí no me supone ningún problema no socializar o no tener amigos. Si los tengo bien, pero si no los tengo no es un trauma. Sí que se echa de menos de vez en cuando, pero no tengo la necesidad de hacer nuevos.
Conozco gente extrovertida que ha emigrado y lo ha pasado fatal y no han sabido adaptarse. Para ellos el aspecto social es muy importante. Un extrovertido, al contrario que el introvertido, es la persona que recarga su energía en actos sociales y estando con gente. Por eso, cuando emigran y se encuentran sin círculo social, que después de trabajar no tienen con quien quedar y que todos los fines de semana son planes solos o con sus parejas, terminan sufriendo y, en muchas ocasiones, no adaptarse.
¿Tú qué piensas?