Dachau

Dachau está a muy pocos kilómetros de München y allí se encuentra uno de los campos de concentración, posiblemente, más conocidos de la dictadura nazi. Aprovechando que nos encontrábamos en la zona, ya volviendo hacia Berlín, decidimos hacer una parada.

El campo de concentración de Dachau impresiona más por las historias que esconde que por lo que se ve. Unos pocos minutos allí para poder ver lo mejor y lo peor del ser humano.

Miles de judíos asesinados. Pero también miles de polacos de la alta sociedad, españoles que lucharon en la guerra civil en el lado republicano, holandeses y belgas que lucharon contra la ocupación nazi en sus países, prisioneros políticos, … miles de tristes historias.
Sus barracas, su crematorio, su cámara de gas,… Todo de verdad, no de ninguna película. Miles de personas torturadas y llevadas al límite del sufrimiento humano.

La entrada es gratuita y está abierto a todo el público. Se puede contratar un guía o una audioguía, pero no es necesario. Lo único que se pide para realizar la visita es respeto.

No sé cuánta gente habríamos en ese momento, éramos bastantes, pero el silencio dominaba todos los rincones del campo. Un silencio de los que impresiona, de los que imponen respeto. Todos éramos conscientes dónde estábamos, qué significaba el lugar y cuanta tristeza albergaba, y lo respetamos. Casi 38 grados de temperatura, ni una sola nube, ni un simple árbol donde cobijarse del calor, pero allí estábamos todos andando en silencio por todos los rincones donde una vez, no muy lejana, sólo hubo tortura, sufrimiento, asesinatos.

Es fácil estremecerse, es fácil sentirse mal, también que pueda salir alguna lágrima, pero es una visita casi obligatoria para cualquier persona que esté en la región.

Ruta por el sur de Alemania

Alemania es bastante grande, por lo que según dónde te quieras desplazar te robará una parte importante de tu tiempo. Por ejemplo München está a unas 6 horas en coche, o Freiburg a unas 7. Sí, ya lo sé, podemos ir en avión y llegar en sólo 1 hora o 2, pero ya que bajamos mejor visitamos la zona, ¿no? Por eso desde que llegamos a Berlín nos propusimos hacer una ruta por el sur de Alemania. Especialmente por los estados de Baden-Württemberg (y su famosa Selva Negra) y Bayern. Finalmente este mes de agosto pudimos dedicar 10 días para hacer esta ruta:

DÍA 1:

Nürnberg: El primer día de la ruta salíamos de Berlín para llegar, después de aproximadamente 4 horas en coche, a Nürnberg (Nuremberg en castellano 🙂 ), ya en el estado de Bayern. Ese día hacía un poco de fresco y llovía un poco, pero no nos impidió el poder pasear y conocer la ciudad (el único momento que teníamos ya que a la mañana siguiente partíamos hacia Stuttgart). Probablemente la ciudad no tenga mucha cosa más allá de la plaza del mercado y el castillo, pero es una ciudad que me pareció bonita, tranquila y que merece la pena visitar. Entre las ciudades alemanas que más me ha gustado hasta el momento.

DÍA 2:

Rothenburg ob der Tauber: La mañana siguiente ya salíamos dirección a Stuttgart, nuestra siguiente parada, haciendo algunas visitas por el camino. La primera fue la de este pequeño pueblo, todavía en el estado de Bayern. Uno de los muchos que forman la famosa Romantische Strasse. Un pueblecito que todavía mantiene su aspecto medieval y que merece mucho la pena visitar, por pintoresco. Uno de los pueblecitos, de Baviera, favorito para turistas y fotógrafos.

Schwäbish Hall: De Rothenburg nos fuimos directamente a este pueblo, ya en el estado de Baden-Württemberg, también de estilo medieval (como casi todos los de la zona). Allí no comí una tarta de queso, pero si que me comí un pastel Selva Negra (típico de aquella zona), en la Conditorei Ableitner, que no sé si será el mejor que se puede encontrar, pero si que es el mejor que yo he comido hasta el momento

Stuttgart: De allí nos fuimos directamente a Stuttgart, la que se dice es la puerta de entrada a la famosa Selva Negra (Schwarzwald en alemán). Esta ciudad no tiene nada en especial, más allá de su ubicación geográfica. Una de las cosas que más impresionan es ver que está completamente rodeada de montañas y ya se puede comenzar a apreciar que estamos entrando en un paisaje completamente increíble y de cuento. De hecho, la Selva Negra fue la inspiración para muchos de los cuentos de los Hermanos Grimm.

DÍA 3:

Hohenzollern burg: Debido a su pasado medieval, toda esta zona del sur de Alemania está llena de pequeños pueblecitos y de castillos, destacando por encima de todos dos: Neuschwanstein y Hohenzollern. Estando este segundo muy cerca de Stuttgart. No entramos. Pensamos que este tipo de cosas se disfrutan mucho más por fuera que por dentro y, sinceramente, impresiona ir llegando a la zona y ver este castillo imponente en lo alto de la colina, como sacado de una película de la Edad Media.

Gegenbach: Aunque suene raro, incluso te puedes cansar de ver todo el rato cosas bonitas y eso es lo que pasa con los pueblos de la Selva Negra. Esta zona está llena de pequeños pueblecitos pintorescos de aspecto medieval, por lo que decidimos visitar unos pocos para no tener sobresaturación de pueblecitos medievales pintorescos. Me cuesta recordar éste 🙂 Aún así, si estáis por la zona seguro que merece la pena visitarlo 😀

Freiburg: Y llegamos a Freiburg, una ciudad de la que no queríamos marchar. Nos hubiésemos quedado a vivir allí. Es una ciudad universitaria muy cercana a la frontera con Francia, cuyo centro histórico está muy bien conservado. Es, hasta el momento, la ciudad alemana que mayor uso de bicicletas hemos visto, estando muy cerca al estilo holandés. Se encuentra en plena Selva Negra. Todo esto hace que sea una ciudad con un gran ambiente alegre, relajada y que te atrapa desde el primer momento que la pisas. De lejos, para mí, la mejor ciudad de toda la ruta que hicimos y, probablemente, la que más me ha gustado de Alemania, por el momento.

DÍA 4:

Schluchsee & Titisee: Desde el momento que llegas a Stuttgart comienzas a ser consciente de la inmensidad de la Selva Negra y el porqué de su nombre. Realmente ni es Selva ni es Negra, pero le pusieron ese nombre por su densidad de vegetación que difícilmente deja pasar la luz del sol. No deja de impresionarte por cada metro que recorres a través de ella. Titisee es el lago más famoso de esta zona, pero si vais justos de tiempo os recomiendo que os lo salteis. Imaginaros cualquier pueblo típico de playa, al estilo Lloret o Salou, pues eso es el Titisee pero en lago. En cambio, sí os recomiendo que paéis por el Schluchsee, que sólo está unos pocos kilómetros, es un lugar igual de impresionante, pero mucho más tranquilo. Relajante e hipnotizante la belleza de la naturaleza que lo rodea.

Triberg: Triberg tiene poco que visitar más allá de estar rodeado de montañas y unas cataratas que al final no vimos porque ya íbamos justos de tiempo y no queríamos pagar los 5 euros que costaba la entrada para no poderlas disfrutar tranquilamente.

Colmar: Aprovechando que Freiburg está a muy pocos kilómetros de la frontera con Francia, más concretamente con la zona de la Alsacia, pensamos que sería buena idea hacer una escapada a este pueblo, uno de los más famosos de la zona. Si estáis por el área, no dudéis ni un momento en visitarlo y, especialmente, su zona conocida como Little Venice. No os arrepentiréis, seguro.

DÍA 5:

Bodensee: Llegó el momento de dejar la Selva Negra 🙁 para volver a la zona de Bayern, no sin antes pasar por otro lago, BodenseeLago Constanza, como se conoce en castellano. Otra vez la falta de tiempo no nos permitió disfrutarlo tranquilamente, pero si que paramos a disfrutar del entorno, el calorcito, comer e, incluso, una siesta calló 😀

Marktoberdorg: En nuestro camino a Munich hicimos noche en este pueblo. No por nada en especial, pero era donde encontramos los apartamentos más baratos y estaba cerca de lo que queríamos visitar en la zona. En sí, no tiene demasiada cosa, pero si algún día os dejáis caer por aquí os recomiendo que cenéis en el restaurante Gasthof zum Hirsch.

DÍA 6:

Füssen: En esta zona, Füssen es casi visita obligada pero, sinceramente, no tiene demasiada cosa. Hay pueblos más bonitos que visitar y para evitar el empacho de ellos en mi opinión te los puedes saltar.

Innsbruck: Dada su cercanía a la zona decidimos dar el salto a Austria y visitar Innsbruck. El pueblo en sí nos lo podríamos haber evitado, pero no el cruzar los Alpes para llegar hasta a él. IMPRESIONANTE. Merece la pena los kilómetros hasta llegar a Innsbruck sólo por disfrutar el impresionante paisaje de los Alpes austríacos.

Neuschwanstein: Y esta es la razón por la que vinimos a esta zona. El castillo que empezó a construir Lüdwig II, rey de Baviera, pero que nunca le dio tiempo de acabarlo por su prematura muerte (aún a día de hoy se sospecha que lo asesinaron). Su obsesión por la belleza le llevó a gastarse gran parte de su riqueza en construir castillos, ser mecenas de artistas, … de ahí que se le conociese como El rey loco. Cuando lleguéis al castillo de Neuschwanstein pensaréis que estáis en un cuento o en Disney World y no estaréis tan desencaminados, porque fue en este castillo en el que se inspiró Walt Disney para diseñar la imagen de la empresa. El mejor sitio para poder contemplar y disfrutar de él es subir hasta Marienbrücke. Da mucho canguele, pero merece mucho la pena. Las imponentes vistas del castillo y de todo el paisaje que se extiende tras él.

DÍAS 7 a 9:

München: Munich no es una ciudad pequeña que se pueda recorrer en una tarde o un día, así que, tristemente, una vez llegamos aquí tuvimos que decidir si invertíamos los 3 días en visitar la ciudad o en descubrir la zona de los Alpes. Finalmente pensamos que merecía la pena descubrir la ciudad. A mí me estresó mucho porque había más turismo del que puedo soportar, pero aún así es una ciudad muy bonita. No tanto como Freiburg, para mi gusto. Como nota curiosa, si pasáis por esta ciudad os recomiendo que paséis por el English Garten, una zona verde gigantesca donde los locales (y no tan locales) van a hacer picnic, descansar y refrescarse. Pero más concretamente, en la zona de los surfistas. Un trozo del canal que cruza este jardín es usado por surfistas que aprovechan la fuerte corriente que tiene.

Dachau: Dachau está a unos pocos kilómetros de München y a sus afueras el famoso centro de concentración utilizado por el partido nazi. Este lugar merece un post propio que escribiré más adelante pero sólo diré que es una visita IMPRESCINDIBLE. Eso sí, prepárate a pasar rato no muy agradable.

DÍA 10:

Nürnberg: Para no hacer tantos kilómetros desde Munich a Berlín, decidimos hacer parada de nuevo en Nürnberg. Suerte de dicha decisión porque encontramos mejor clima que el primer día y nos permitió disfrutar de la ciudad en su totalidad. Además tuvimos la suerte de encontrar que estaba celebrando un festival de músicos en la calle lo que hizo la visita más encantadora. Igual que tengo claro que me quedo como Freiburg como ciudad favorita, no tengo muy claro si quedarme con Nürnberg o München en segundo lugar.

Bamberg: Otra ciudad bonita que visitar en la Romantische Strasse. Pero el excesivo calor que nos hizo y la falta de tiempo no nos permitió disfrutar la ciudad como se merece, pero si estáis por la zona os animo a que os paséis. No os arripentiréis.

Después de una semana haciendo ruta por el Sur, puedo decir que no me ha decepcionado en absoluto. Desde que llegamos a Alemania tenía ganas de visitarlo y las expectativas han sido más que satisfechas. Más bonito e interesante que el norte.

Si pongo una pega al viaje sería la organización. Aunque estoy satisfecho con los lugares visitados, hemos querido abarcar demasiado en tan poco tiempo y, en algunos, momentos no hemos podido quedarnos más rato en lugares que nos gustaban o se merecían disfrutarlos más porque debíamos continuar con nuestro viaje. Pero la zona no la tenemos tan cerca de Berlín y queríamos aprovechar la ocasión para poder conocer el sur en la mayor extensión.