Hace un tiempo lo hablaba con mi profesor de alemán. Él es del sur de Alemania y ahora vive en España, yo soy de Barcelona viviendo en Alemania y, cada uno de nosotros desde nuestros contextos particulares, teníamos la misma sensación y opinión.
Hasta el momento he vivido, a parte de España obviamente, en tres países diferentes: Países Bajos, Inglaterra y Alemania. Vivir todos estos años en diferentes países me ha permitido bastante poner las culturas en contexto. Poder entender ciertos aspectos de una cultura, conocer otros nuevos y desmentir ciertos mitos.
También con la mía. Viviendo en otro país, te permite ver tu cultura desde fuera, desarraigarte de ella y poder analizar desde fuera cosas que, hasta este momento, te parecían completamente normales y nunca te habías cuestionado. Entender mejor algunas, descubrir otras y, también, dejarme de gustar otras.
Cada viaje de visita que hacemos a Barcelona es una pequeña prueba de esta última parte. Experimentar y ser conscientes de cosas de la cultura española que, hasta hace unos años las consideraba normal y ahora no me gustan o, incluso, me molestan.
Hace unos pocos días que volvimos de nuestro último viaje y pensé en hacer una pequeña lista de algunas de estas cosas:
- Que pasen, como mínimo, 30 minutos desde que dices que te vas hasta que puedes irte. Has quedado con gente y habéis pasado un día o una tarde juntos. Habéis quedado a comer / cenar, habéis ido a tomar unas cosas, a una barbacoa… Llega el momento de despediros y cuando ya estás diciendo adios alguien saca un nuevo tema de conversación. Habéis estado horas hablando, ya has dicho adios…. ¿Por qué narices hay que sacar un nuevo tema del que hablar? ¿A caso no hemos tenido tiempo suficiente? ¿Qué necesidad hay de estar todos de pie en ese estado de medio me estoy yendo hablando de un nuevo tema durante media hora más?
Me imagino a la persona durante todo el rato juntos: «uy! Este tema es interesante de hablar! Pero no, mejor me lo guardo para cuando estemos todos de pie despidiéndonos«
Es algo que nunca entendí, pero formaba parte de nuestra cultura, todo el mundo lo hacía en todas parte. Lo aceptaba y ya está… Ahora me molesta, no lo entiendo y me incomoda.
- La cultura del ruido: ruido en casa, gritar en todas partes, hablar a voces en restaurantes, los chicos con la banda de música en casa… Incluso el tráfico, por alguna razón hasta el tráfico lo noto más ruidoso. ¿Pero no son todos los coches iguales? Es probablemente de las que más noto, como los decibelios del sonido suben en cuanto me bajo del avión y piso la calle por primera vez.
- Hablar encima de lo que están diciendo e interrumpir. Más énfasis por hablar que por escuchar lo que el otro está diciendo. Esta es curiosa porque ahora noto más esta odiosa manía, pero a la vez la echo de menos en Alemania. Antes no era consciente, era normal estar todos hablando y que te contestasen por encima de lo que decía sin haber terminado, pero ahora cuando me lo hacen me molesta mucho, porque demuestra poco interés en lo que está diciendo y mucho interés en decirte la otra persona la suya. Sin embargo, aún no me he terminado de acostumbrar al hábito de esperar no solo que la otra persona termine de hablar, si no que hablar en orden y esperar a tu turno a hablar si alguien quería decir algo antes que tú. Sobre todo en entornos laborales.
- Que cuando dices que te vayan te supliquen, te resupliquen, te hagan sentir mal. Es cierto que nunca soporté esta manía y siempre que podía intentaba irme de estrangis de los sitios. He estado en una fiesta o tomando unas copas, he decidido (por las razones que sean) que me quiero marchar. No necesito que nadie me diga que «una copa más» o que «que soso que soy» o «si no me gusta la fiesta». No hace falta que me hagas sentir mal. He decidido marcharme y me quiero ir tranquilamente. Ya nos hemos estado divirtiendo.
Lo curioso es que, a día de hoy, me sigue aún «violentando» el extremo opuesto de Alemania. Estoy con unos amigos o compañeros de trabajo, estoy cansado y decido que es el momento de irme.
«Ok, amigos, me marcho ya!».
«Hey Dani! Perfecto! Que tengas buen día, hablamos mañana!»
Espera… como… ¿nadie me va a suplicar que me quede más rato? ¿pero qué mierda es esta?
Me violenta porque no es a lo que estoy acostumbrado, pero es gloria bendita que respeten el momento en el que decides marcharte.
¿Te pasa algo parecido? ¿Tienes ejemplos de cosas que ahora te molestes y antes te parecían normal?