Alquilar en Alemania: dejar el piso

Toda saga necesita un episodio final y eso es lo venimos a hacer hoy.

Empezamos en el episodio I de la saga hablando de un primer acto de entender el precio del alquiler y un segundo acto entendiendo el número de habitaciones. En el episodio II, cuando ya habías aplicado y estabas listo para las visitas, expliqué qué esperar de ese momento.

Ahora es el momento de dejar el piso.

Recién llegados a Alemania en 2017, empezamos a buscar información sobre alquilar piso. Para saber qué esperar y estar preparados.

Empezamos a encontrarnos un patrón común entre mucha gente. Principalmente expats. No hacer agujeros, pisos lo más amueblados posible, no colgar cuadros… ¿Y esa manía?

En cierto momento fuimos a visitar a un amigo que llevaba ya seis años viviendo en la ciudad y estaban ya preparando su vuelta. A parte de vernos, quería enseñarnos el piso por si nos interesaba.

«Esto de aquí es un armario empotrado que hay en la entrada. Se supone que antes de marcharnos lo tenemos que tirar abajo, pero si os quedáis el piso y lo queréis mantener nos haríais un favor». Nos explicó.

eeeeeeehhhhhhh… ¿CÓMO? …. ¿QUÉ?

Resulta que, cuando te marchas, el piso lo tienes que dejar tal y como lo encontraste. En el mismo estado. Exactamente igual. No sólo en buen estado.

Si no tenía ese cuadro que tango te gusta, pues lo tienes que quitar antes de irte y, obviamente, tapar los agujeros que tampoco estaban. Si la pared que tú has pintado de tu color favorito estaba pintada de fucsia, la tienes que pintar de fucsia antes de marcharte. Si cuando entraste el piso no tenía cocina pues…. correcto! Tienes que desmontar la cocina y llevártela contigo!

Todo esto siempre y cuando no consigas colocarle algo al inquilino que venga después. En ese caso, según de lo que se trate, ya puedes respirar tranquilo. Es común, en casos así, que el inquilino siguiente le compre los muebles o la cocina al inquilino que está a punto de salir. O que el mercado de segunda mano de muebles esté más caliente que Wall Street.

En nuestro caso no sucedió, pero cuando notificas que dejas el piso es normal que alguien venga a hacer un chequeo. Mira el estado en el que está y te dice qué tienes que hacer antes de marchar.

«Esta pared me la vuelves a pintar de blanco, este zócalo no estaba, las lámparas fuera…». Y ya sabes, que el depósito está en juego!

O siempre puedes hacer como mi amigo. No tirar el muro (o quitar la lámpara, o…), rezar lo que sepas mientras sales por la puerta para que el inquilino siguiente lo quiera o el dueño del piso no te descuente del depósito.

Alquilar en Alemania: el casting

Hacía tiempo que quería hablar sobre otro de los aspectos de alquilar un piso en Berlín (este es uno de los temas que me cuesta diferenciar qué es de la cultura alemana y qué sólo de Berlín). Después de hablar sobre el kaltmiete y el warmmiete, quería hablar de uno de los mayores traumas del alquiler: el casting.

Es pasada media noche y estás cansado, pero te vas contento a la cama porque ya tienes una selección de pisos que quieres visitar. Has estado viendo decenas de apartamentos en algunas de las webs más famosas de búsqueda de pisos (como Immobilienscout24 o Immowelt), has descartado algunas zonas, has aplicado los filtros de lo que buscas y tienes la lista final. Has contactado a las inmobiliarias para concertar una visita. La primera fase ya está, solo queda visitar los pisos y ver si alguno convence.

Tienes el día, la hora y la dirección para la visita. Te duchas y te aseas para dar una buena impresión (y peínate un poco, no hagas como yo) y te diriges contento hacia el lugar. Si llegas justo de tiempo, a medida que te vas acercando a la dirección comienzas a ver un tumulto de gente en el lugar indicado. Si llegas pronto, verás que comienza a llegar cada vez más gente a medida que se acerca la hora. ¿Ha pasado algo y no me he enterado? ¿Regalan algo? A veces, serán 5-6 personas, otras veces 15 ó 20. Bienvenido! Has llegado al casting! Toda esa gente es con la que vas a ver (y competir por) el piso a la vez.

La inmobiliaria, para evitarse problemas y visitas suelen convocar a todos los interesados el mismo día y a la misma hora. Haciendo cola para ver el baño, estirando la cabeza para ver cómo de grande es la terraza, dando paso en la puerta que va del dormitorio al comedor. Obviamente, solo hay una persona de la inmobiliaria a repartir su tiempo y conocimiento con toda esa marabunta sedienta de alquilar un piso.

– ¿Estará la nevera incluida en el alquiler? 
– Espera que le preguntamos. Bueno, cuando acabe con esta gente.
– … 
– Buff, está tardando. Bueno, sabes, es igual, ya nos lo encontraremos si alquilamos el piso.

Os gusta el piso. Es lo que buscabais y os habéis visto viviendo ahí. La tele os cabe y la zona es lo que queréis. Pues mejor que llevéis todos los papeles necesarios y los entreguéis el mismo día de la visita a la salida o ya podéis iros despidiendo del piso tal como salgáis por la puerta. Porque la gente va preparada a las visitas. Con información que ni el CNI español y el BND alemán juntos puedan tener sobre ti.

¿Y qué papeles se necesitan? Bueno, eso depende mucho del casero. Pero los mínimos que se suelen pedir son el Schufa (ya hablaré en otro momento de este maravilloso documento), las últimas nóminas y tu contrato. La competencia es tan feroz que la mayoría de la gente suele añadir curriculums, fotos de familia, cartas (extensas) de presentación donde hablan de su vida y de lo maravillosos que son y a qué se dedican,… Auténticas biblias de su vida, obviamente en alemán. Todo con el único objetivo de impresionar al propietario de piso. Cualquier arma es poca para superar este casting.

¿Y ahora? Ahora toca esperar. Esperar a que el propietario decida comunicarte si has superado el corte y eres el afortunado en ganar un piso de alquiler a pagar mensualmente.

Es probable que nunca vuelvas a oír más de ellos. Sí, alguno ni se digna en contestarte para decirte que no. Es probable que te digan que no. Es más, no sería extraño que el dueño decida rechazar a todos los candidatos, ya que ninguno es digno de ocupar su preciado espacio. Muchos prefieren tener el piso vacío, y seguir buscando, que arriesgarse a tener a alguien con cierto riesgo a no pagar.

O, finalmente, puedes ser el afortunado de conseguir ese alquiler del piso. ¡Felicidades! ¡El estrés, el sufrimiento, la desesperación a la que se puede llegar ha dado su fruto! Tienes piso para el resto de tu vida y las próximas tres vidas. Porque tienes que estar mal, necesitar cambiar o mala memoria para querer pasar otra vez por el mismo proceso.

Alquilar en Alemania: Kaltmiete y Warmmiete

Alquilar en Berlín (y, probablemente, el resto de Alemania), aunque tenga el mismo verbo, alquilar, es un proceso ligeramente diferente al que estamos acostumbrados en España. Incluso en Amsterdam o Londres, cuando ya nos tocó hacerlo en su momento.

Tiene una serie de particularidades que hay que tener en cuenta, si no te quieres perder o confundir en el proceso, pero hoy me centraré en uno de los aspectos más importantes: el precio.

¿El precio? Bueno, yo busco un piso para alquilar, tengo que pagar X € al mes y ya está, ¿no? Bueno, no es tan fácil. No sé todavía la razón por la que lo hacen así, pero precio del alquiler aquí se divide en dos conceptos: kaltmiete y warmmiete.

El kaltmiete, o alquiler frío (literalmente) es el precio que vas a pagar por el apartamento con el agua fría incluida. Esto nunca pasa porque, obviamente, nadie quiere un apartamento con sólo agua fría. Especialmente en invierno. Sí, en serio, os lo prometo.

Como probablemente ya habréis deducido, warmmiete es el alquiler caliente, es decir, aquel que incluye el agua caliente y la calefacción. En ocasiones añaden otros gastos extras (los famosos nebenkosten) como podría ser por conserje, recogida de basuras… Este sería el precio final que pagarás por el alquiler del apartamento.

¿Quiere decir esto que dos pisos diferentes pueden tener el mismo kaltmiete, pero para un warmmiete diferente? Exactamente querido lector. Puede ser que el consumo energético de ambos pisos sea diferente, es probable que uno de esos pisos tenga conserje y el otro no, es probable…

¿Y cómo calculan el uso que harás de calefacción y agua caliente? En función del tipo de piso y los metros cuadrados, se puede extraer un consumo medio que habrá. Al final de año se vuelven a mirar los contadores y se calcula la diferencia. Si has gastado más de lo pagado, pues pagas la diferencia. Si has sabido controlarte y gastado menos, pues te devolverán lo que has pagado de más…y a empezar un nuevo año.

Sin ser exactamente lo mismo (al incluir agua), el kaltmiete sería el precio más parecido o equivalente al de alquiler en España y es, normalmente, el que aparece indicado en los anuncios de alquiler de piso. Pero, siempre hay que fijarse en el warmmiete dado que es este el precio que tendrás que pagar puntualmente cada mes al propietario del apartamento en el que vivas.

Una vez sabes qué warmmiete y, por lo tanto, el precio total que vas a pagar por tu piso a tu inquilino sólo te faltará añadir la cuota de la electricidad y la tasa de la televisión (ya hablaremos de este tema en otro momento)