Si Polonia está tan cerca de Berlín y habíamos decidido aprovecharlo para visitar el país, obviamente no podíamos olvidarnos de su capital, Varsovia.
«Sólo» está a 6 horas de la capital alemana, así que tampoco era tan largo el viaje para hacer una escapada en coche. Partíamos un sábado hacia Warszawa (su nombre en polaco) donde estaríamos hasta el martes.
La primera sorpresa nos la llevamos nada más llegar, ya que lo que uno espera de Polonia y Varsovia, en particular (al estar más al norte y al este), es tener un clima más fresco y suave. Pero nunca estar en junio a más de 30 grados… cada día… sin descanso…
El apartamento lo teníamos en un barrio residencial de la ciudad bien comunicado, pero no muy cerca del Stare Miasto (casco antiguo en polaco), así que todos nuestros desplazamientos los realizamos en tranvía.
Llegamos al apartamento, dejamos nuestras cosas y cogemos el tranvía para dar una vuelta por la ciudad. Y de pronto nos damos cuenta que las estaciones las anuncian niños. Reproduciría aquí lo que decían, pero mi polaco no es tan bueno para entenderlo.
Soy nefasto en adivinar la edad de nadie (nunca te arriesgues a preguntarme «¿Qué edad crees que tengo?«, porque el resultado puede ser fatal), pero por la voz me atreveré a decir que tendrían entre los 7-10 años.
Continuamos cogiendo el transporte público durante el resto de días y en todos lo mismo, niños anunciando las paradas.
¿Qué curioso, no? Nos pareció muy curioso y bonito. ¿Porqué harían algo tan interesante? Al no vivir en Varsovia no sabíamos si era una ocasión especial o era algo que hacían durante todo el año.
Así que pregunté.
Resulta que durante esos días se celebraba el día del niño, que en Polonia es el 1 de Junio. Para conmemorarlo y darle importancia a los niños, habían decidido hacer en la ciudad iniciativas de este estilo, que los niños fuesen los protagonistas en ciertos aspectos de la vida cotidiana de la ciudad.
Desconozco completamente si es una iniciativa que realizan cada año, ¿pero no encuentras entrañable esta iniciativa?
Vale, ¿Y Varsovia?
Probablemente no sea de las ciudades más bonitas que hemos visitado en Polonia, pero hay que tener también en cuenta lo mucho que han sufrido. Fue una ciudad en medio de dos potencias, los nazis y los soviéticos, y ambas se la estuvieron disputando durante muchos años. Durante la segunda guerra mundial quedó destrozada casi por completo y tuvo que ser reconstruida después.
Sin embargo, merece la pena ir. Darse una vuelta por el Stare Miasto y hacerse una idea de cómo era Varsovia antes de ser destruída (el casco antiguo es una reproducción de la antigua Varsovia) y aprender un poco de la reciente historia de dicho país y ciudad.
Y si vas, te recomiendo que haga unos de estos tours gratuitos, tienen varias rutas y son todas muy interesantes. Son inconfundibles, son los del paraguas amarillo.