Siempre que llego a un blog que tiene un nombre «diferente» o sin ninguna relación directa con el contenido del blog me pregunto cómo habrán llegado a la conclusión que ese es el nombre que querían tener. ¿No os ha pasado nunca?
¿Qué significará? ¿Qué relación tiene con el blog? ¿De dónde lo han sacado? ¿Porqué ese nombre y no otro?
Probablemente algunos ni os lo pregunteis y a otros os importe un carajo, pero he pensado que no sea el único que se haga esas preguntas. Así que os explicaré porqué el nombre de Persiguiendo un cheesecake.
Llevaba tiempo dándole vueltas a lo del nombre, pensando en diferentes posibilidades, pero ninguna me acababa de convencer. No me enganchaba, a pesar que con algunas me podía sentir identificado. Nunca pensé que sería tan difícil poner un nombre a un blog. Total, es un lugar donde vendré, escribiré alguna chorrada (muchas veces sin interés) y me iré, ¿qué importancia tendrá el nombre?
Estábamos en Varsovia pasando unos días y uno de esos días estábamos tomando un capuccino con un cheesecake (probablemente a estas alturas comencéis a sospechar que me gustan los cheesecake).
– No está mal este cheesecake. No es el mejor cheesecake que hemos comido, pero es mucho mejor que el de ayer, que estaba muy seco. – Le comenté a Nadia, mi esposa.
– Sí, es que el de ayer no estaba nada bueno, éste al menos está esponjoso. ¿Y porqué no te haces experto en cheesecakes? Con lo que te gustan y lo que has llegado a probar, puedes decir cuáles están mejor que otros.
– Whaaaatttt?
– Ohhh, ya está!! Puedes llamar a tu blog «Persiguiendo a un cheesecake» (si le he dado bastante la brasa con este tema). Cada vez que visitamos sitios, probamos cheesecakes, puedes decir cuál es el mejor!
– mmmmm, me gusta la idea!!! No sé si me acordaré de ir evaluando todos los cheesecakes que vaya probando, pero me gusta el concepto. Creo que es lo que estaba buscando.
Y ese es el origen del nombre. Curioso, ¿no? No sé si me acordaré de evaluar todos los cheesecakes que pruebe, de aconsejaros lugares y de hacer una lista de los mejores cheesecakes que he probado nunca, pero sí prometo una cosa, los seguiré comiendo y seguiré persiguiendo un buen cheesecake allá donde vaya.
Ah! Por cierto, hasta el momento los dos mejores cheesecakes que he probado han sido en el restaurante Junior’s en Brooklyn y el Boulevard Café en Quedlinburg.