Cómo aprendí inglés (y estoy aprendiendo alemán)

En mi época de escuela (cursé la EGB), estudié Francés. En aquellos años la educación española estaba cambiando del Francés al Inglés, como lengua extranjera, y a mí me tocó estudiar el idioma galo. Durante el último año de EGB mis padres me apuntaron a una academia de inglés para prepararme para el instituto, donde sí iba a estudiar inglés. Una vez en el instituto (donde realicé los 3 años de BUP y el último de COU) estudié 4 años inglés mientras, paralelamente, también asistía a academias de inglés como extra-escolar. Finalmente en mis años de universidad estudié 2 años más de inglés. En total 6 años más los de academia.

Aunque no sé si debo contar los de academia. No recuerdo haber estudiado mucho. Iba con dos amigos y pasábamos más rato molestando al profesor que estudiando. Mis padres nunca lo supieron y nunca lo sabrán.

Nada de esto me sirvió para hablar ni entender el idioma. Nada. Nothing.

Aparte de haberlo tenido guardado en un cajón durante muchos años, ya que no hubo nada que me lo requiriese. Finalmente, pasados los años, decidí ponerme en serio a mejorar el inglés por mi cuenta porque pensaba que profesionalmente me podría ayudar.

Así fue. 2-3 años después, en 2011, fue esa mejora la que me ayudó a vivir y encontrar trabajo en los Países Bajos. A pesar de que a mi jefe (de Manchester) me costó 1 o 2 meses poder entenderlo completamente hablando ese idioma que él decía era inglés, pero yo tenía mis dudas.

Desde entonces siempre he trabajado en entornos internacionales, ya sea en Barcelona o fuera de España. Un año en Amsterdam, 6 meses en Londres, 5 años en Barcelona en una empresa internacional, 4 años en Berlín y otro año en Amsterdam. No considero que domine el idioma, pero sí que estoy en un nivel en el que puedo tener una vida fluida en inglés. Puedo tener conversaciones en reuniones con mis compañeros, irme a comer o cenar con ellos y tener conversaciones más relajadas y personales, ir al médico y explicar mis posibles problemas en inglés…

Durante este tiempo bastante gente me ha preguntado cómo lo hice para poder llegar a ese nivel de inglés. Qué estudié y cómo estudié el inglés para poder haber terminado trabajando en un entorno internacional durante ya 11 años.

No te creas que tengo aquí el truco del almendruco, el que nadie sabe y te va a sacar de todas las penurias lingüísticas. Pero durante los últimos años me han ido preguntando cómo lo he ido haciendo con el inglés y, ahora, con el alemán. ¿Por qué no dejarlo por escrito? Pensé.

Así que ahí va.

Listening.

O afinar el oído… Claramente, escuchando de todo. Empecé en 2006-2007 con podcasts en inglés. Primero podcasts que enseñaban el idioma a no nativos, luego podcasts de otras temáticas que me interesasen pero hablados en inglés. Muchas veces no me enteraba de todo lo que decían, pero me daba igual, lo que me importaba era que mi oído (o mejor dicho mi cerebro 🙂 ) se acostumbrase a escuchar inglés. Ahora con el alemán hago lo mismo. Escucho un podcast de las noticias de actualidad en alemán lento y algún otro de historias cortas.

Empezamos en casa a ver series en versión original con subtítulos. Inicialmente los subtítulos los teníamos en español, pero pronto los cambiamos al inglés. He conocido gente que los prefieren con la combinación audio original + subtítulos en el idioma de la persona. Dicen que les ayuda más fácilmente a asimilar el idioma que estás aprendiendo al relacionar la pronunciación con el significado en tu idioma. Sin embargo, yo prefiero los dos en el idioma original. Eso me ayuda a relacionar el sonido con la palabra escrita que, probablemente, ya la sepa. Creo que asimilo más fácilmente el ver cómo se pronuncia una palabra. En alemán aún no me he atrevido con series o películas, pero sí vemos algún canal de Youtube como el de Easy German.

Aun así, yo soy durillo de oído. No solo en inglés, también en alemán, castellano o catalán… No es tanto que no entienda, es que mi oído parece no funcionar bien. Es lo que siempre me ha costado en todos los idiomas que he intentado aprender: inglés, alemán, holandés, francés.

Vocabulario y Gramática.

Este principalmente lo he conseguido mejorar siguiendo un único método: leer, leer y leer. Leer artículos, leer libros, leer revistas, leer periódicos,… Cualquier cosa que cayese en mis manos.

En cierto momento de mi vida dejé de consumir libros en castellano para leerlos todos en inglés. Independientemente la temática. También empezando a seguir blogs y páginas que escribían en inglés.

Aquí te daría un consejo que leí una vez y es el que he seguido toda mi vida desde entonces: no leer con un diccionario al lado. Lee, aunque no entiendas una palabra. Un porcentaje muy elevado de las veces la palabra que no entiendas no será clave, por lo que entenderás el contexto y significado de la frase y ese contexto te ayudará a entender el significado de la palabra. Si es una palabra importante en el idioma te saldrá muchas más veces y, automáticamente y sin querer, la aprenderás. Coge el diccionario solo cuando esa palabra es clave en la frase y no entender la palabra te hace no entender nada.

Con la gramática lo mismo. De leer, leer y leer las construcciones de las frases te van permeando sin ser consciente.

Obviamente, todo esto es más fácil con una base gramatical del idioma. No sé cómo de complicado puede ser para un idioma del que no tienes conocimiento.

Con el alemán he empezado, además de artículos y posts, a leer libros infantiles o relatos cortos, como El Principito.

Hablar.

Y finalmente llegamos aquí… ¿De qué me sirve entender las cosas si no puedo responder? ¿o no me atrevo? Esos fueron mis primeros días con mis nuevos compañeros en Países Bajos. Sentado en la mesa con ellos, entendiendo gran parte de lo que decían, pero sin ser capaz de hablar y formar parte de la conversación.

Ahora me pasa con el alemán justo lo contrario. Me siento capaz de hablar en la mayoría de las conversaciones en las que participo (la mayoría sencillas: tiendas, cafeterías, algún trámite,…) pero me cuesta entender mucho de lo que me dicen.

Y aquí no he encontrado otra forma que no sea hablando. La soltura hablando se consigue hablando. Por mucho que sepas vocabulario, gramática, puedas leer libros complicados o escuchar exposiciones de temas complejos, para hablar se necesita una fluidez y velocidad que el resto de habilidades no requieren y que solo se puede conseguir hablando.

Si no hablas nunca ganarás la fluidez, velocidad y confianza que se requiere para hablar. Esas construcciones gramaticales complejas no te saldrán, esa palabra que tanto sabes no te vendrá rápido a la cabeza y, con suerte, hablarás previa traducción desde tu idioma nativo en la cabeza.

Aquí solo te puedo dar dos consejos.

Uno. Una técnica que yo he usado mucho es la de hablar solo. Lo hice con el inglés y lo hago en alemán ahora. Me imagino una supuesta situación en la que necesito hablar en alemán. Una visita al banco, una entrevista de trabajo, una compra en la farmacia,… Y mantengo una conversación conmigo mismo en alemán (o inglés). Aunque no gane una gran fluidez sí que me ayuda a estar bastante preparado para este tipo de situaciones. Las palabras fluyen más.

Dos. No tengas miedo. Aunque a la gran mayoría de las personas nos da miedo, no harás nunca el ridículo hablando un idioma que estés aprendiendo. Por muy precario que sea tu nivel. Al final, lo importante es saber comunicarte con los demás. Piensa todos esos «guiris» que chapurrean tu idioma con cierta dificultad. ¿Te ríes de ellos si ves que no lo hablan bien? ¿O, por el contrario, solo te importa entenderlos y que te entiendan? Pues lo mismo cuando tú eres esa persona hablando otro idioma que no sea el nativo tuyo. La mayoría de las personas con las que te cruces les importará poco tu fluidez, tu nivel y, aún menos, tu pronunciación, si consigue haber una comunicación y entendimiento entre las dos partes.

Lo mismo te digo con tu pronunciación. No te preocupes por no tener una pronunciación perfecta y no tengas ningún complejo. Te digo lo mismo, lo importante es que te entiendan y entender. Lo demás es regalado. Cuando comienzas a relacionarte con personas no angloparlantes te das cuenta de que todos tenemos nuestros acentos. Los franceses hablan inglés con su acento inglés, los alemanes con el alemán, los holandeses con el holandés… y así todos. No te acomplejes porque tú hables inglés con tu acento original.

Al final la habilidad de hablar solo se consigue hablando con otras personas. Hablar solo ayuda, pero nunca te dará la fluidez que te da formar parte de una conversación real. Si no puedes vivir en un país donde hablen inglés o no trabajas en una empresa internacional, te puedes buscar clases particulares con profesores donde principalmente hagas conversación o puedes buscarte alguna persona que esté interesada en hacer un intercambio. Ella aprende y practica tu idioma nativo, mientras tú aprendes y practicas el suyo.

Y tú, ¿cuál ha sido tu técnica para aprender un idioma? ¿Tienes algún truco o consejo?

Aprendiendo Alemán

«¿De verdad que te gusta el alemán?». Es una pregunta que me han hecho multitud de veces. Nadie se cree que haya sido capaz de ser tan constante durante tanto tiempo con un idioma que usa la palabra Schildkröte para referirse a una tortuga. O zusammengehörigkeitsgefühl para hablar del sentimiento de compañerismo o de solidaridad.

«No, no es el alemán lo que me gusta. Es aprender alemán lo que realmente me gusta». Porque aprender un nuevo idioma, poderme comunicar con la gente en Alemania, poder entender palabras que antes me parecían escritas por marcianos… Es lo que me atraía (y me atrae) del alemán.

El alemán es un idioma muy complicado y, realmente, pocas razones se me pueden ocurrir para que alguien quiera pasar por dicho sufrimiento. De hecho, solo se me ocurren dos. Que vivas en Alemania o como herramienta de tortura.

Por mucho que te digan que una frase en alemán se construye de la forma sujeto + verbo + predicado, no te lo creas, te están intentando convencer. Si el verbo está formado por un auxiliar o modal más el correspondiente participio o infinitivo, en ese caso éste irá al final de la frase, será el último elemento de la misma. Y todos sabemos que en las conversaciones del día a día hacemos mucho uso de verbos auxiliares o modales. Es decir, que en alemán decimos algo así como: Nosotros debemos esta semana un regalo de cumpleaños a mi sobrina comprar. ¿Te resulta familiar este estilo de hablar?

Pero créeme, llega un momento que tiene sentido y casi te sale de forma natural. Y no ves extraño que esa parte de la conjugación verbal tenga que ir al final.

¿Será este el truco por el que los alemanes, al contrario de los españoles, no suelen «pisarse» la conversación mientras hablan?

Luego tienes los verbos separables que vendrían a ser, salvando las distancias, los tan odiados phrasal verbs alemanes. Pero con una particularidad que, obviamente, los hace más complicados. Si no, en ese caso ya no sería alemán. Sin entrar en detalles (esto no es una clase de alemán) es un verbo formado por dos partes, cuyo prefijo se separa del verbo principal y se envía al final de la frase.

Sí ya sé lo que estás pensando, menuda obsesión la de estos alemanes de enviar cosas al final de la frase.

Y las tan famosas declinaciones. Los famosos Nominativo, Acusativo, Dativo y Genitivo. Los cuales aún no he conseguido encontrar un solo alemán que los conozca y me los sepa explicar. Incluso sin haber aprendido alemán sabes que hay declinaciones y ya las odias antes de aprenderlas. ¿Qué es eso de cambiar una palabra en función de su uso dentro de la frase?

Pensé que sería lo que más odiaría de todo el alemán, lo más difícil con diferencia. Nunca me imaginé lo equivocado que estaría y que lo más difícil del alemán sería el dichoso género de un nombre. Algo que he comprobado es lo más odiado por cualquier estudiante de alemán.

– Duermes ya?
– Sí
– der, die, das

El alemán tiene tres géneros. El masculino, el femenino y el neutro. Que te tienes que aprender de memoria porque no hay reglas. Hasta aquí todo normal, ¿no? Cada género tiene su correspondiente artículo y su correspondiente forma de cambiar los adjetivos que acompañen al nombre. Pero hasta aquí todo normal también, ¿no?

La parte divertida empieza cuando lo juntas todo. Cada declinación tiene sus variates de artículos para cada género. Es decir, el masculino del nominativo es diferente al del acusativo que lo es al dativo que lo es al genitivo. Cada variante de artículo tiene su correspondiente modificación de los adjetivos. Y recuerda, tenemos 4 declinaciones y 3 géneros. ¿Consecuencias? Como te equivoques en la elección del género, como pienses que un nombre es femenino cuando es masculino se va al carajo todo. Por mucho que sepas cuál es la declinación. Todo depende de algo tan aleatorio como es el género de la palabra.

Odio los géneros y los artículos en alemán.

Sin embargo, a pesar de todo, he decidido que seguiré aprendiendo alemán. A pesar de vivir ahora en los Países Bajos, seguiré aprendiéndolo. Primero, porque ya he invertido dos años de mi vida en este idioma como para dejarlo ahora. Segundo, porque nunca se sabe qué nos traerá el futuro y si me puede ser de utilidad.

Hace más de 10 años decidí aprender inglés por mi cuenta. Empecé a escuchar podcasts en inglés, a leer libros en inglés, a ver series en inglés. No me hacía falta porque mi trabajo no me lo requería, pero aún así realicé el esfuerzo. Años más tarde, gracias a dicho esfuerzo pudimos mudarnos a los Países Bajos por primera vez y ser capaz de encontrar un piso y un trabajo con mi inglés. Ese día me di cuenta que es una equivocación no aprender algo, de lo que se te presenta la oportunidad, con la única razón de «es que no lo necesito». ¿Y en el futuro?

Aún conozco gente que se vanaglorian de no hablar inglés y la razón que dan es que «no lo necesito». Pero no somos conscientes de las puertas que nos cerramos con esta actitud. Tampoco saben que el inglés es, probablemente, el idioma más fácil que hay en este planeta.

Por eso, me gusta aprender alemán y voy a seguir aprendiendo alemán.

Un año de experiencia

Hoy hace justo un año que llegábamos a Berlín, tras un recorrido en coche que nos llevó por Lyon y Haarlem/Amsterdam. El viernes 28 de Abril del 2017 dejábamos nuestra vida en Barcelona saliendo en coche dirección Lyon, donde haríamos nuestra primera parada. El sábado partíamos de Lyon, desviándonos un poco del camino lógico, hacia Holanda para hacer una parada de varios días en Haarlem, donde pasábamos 4 días antes de salir el 2 de mayo dirección a Berlín, nuestro nuevo hogar.

Nos recomendaron que evitásemos llegar el 1 de Mayo a Berlín, que era un día complicado, así que retrasamos nuestra llegada al día 2. Este año después de leer noticias, haber hablado con compañeros y el dispositivo policial que se ha visto e intuido, he podido sospechar porqué.

Hace hoy justo un año éramos un par de inocentes personas que llegábamos a Berlín con la absoluta ignorancia de lo que significaba Schufa (y no, no es lo que se usa para hacer horchata), Anmeldung(y que te lo pueden llegar a pedir para todo), Krankenkasse (os juro que no es un insulto) que es obligatoria, que hay pública y privada y que tienes que escoger una de las dos, kaltmiete y warmmiete, que buscar trabajo puede ser más fácil que buscar piso y que la búsqueda de piso puede ser lo más parecido a un casting o audición.

Hoy hace un año todavía no sabíamos el significado de Achtung!, que bitte tenía múltiples significados según el contexto o que Tschüss se usa para despedirte y no es la onomatopeya de un estornudo.

Tampoco sabíamos que era un requisito necesario ir cada día con cash en la cartera, ya que en muchos sitios todavía no saben lo que es una tarjeta. O que las nuevas generaciones todavía saben lo que es un Fax.

Pero aquí estamos, un año después habiendo pedido el Schufa, habiendo hecho dos veces el Anmeldung, haberme dado de alta en una Krakenkasse pública, pasar por la árdua tarea de buscar un apartamento, decir HalloGuten Tag cuando llego a los sitios y Tschüss cuando me voy, Danke Dankeschön para agradecer algo, Bitte o Bitteschön cuando me lo agradecen a mí y comenzando a tener mis primeras conversaciones sencillas en alemán. ¡Quién me lo hubiese dicho hace tan solo hace un mes cuando salíamos con nuestro Seat Leon para la Ronda Litoral dirección a Francia!